Y aquí tenemos la causa de los cupcakes que os he presentado antes.
Bea me pidió esta tarta para su chica, las condiciones: que tuviera forma de regalo y los colores de la bandera del orgullo gay. Al decirme esto solo le dejé elegir el relleno, jajaja, no le di demasiadas opciones porque tenía muy claro como iba a ser el bizcocho (y con las ganas que tenía de hacerlo esta era la ocasión perfecta!).
Así que me puse manos a la obra y lo que creía que iba a ser una cosa sencillita se convirtió en un montón de horas de trabajo de las que quedé encantada (sarna con gusto no pica, no?).
Aquí tenemos los bizcochos horneados. El color naranja se me resistió bastante... lo de mezclar rojo con amarillo unas veces sale y otras no, pero ya tengo en mi poder colorante naranja para que esto no vuelva a pasarme.
Seguimos con el montaje. Bizcocho violeta, frosting de mascarpone, bizcocho azul, frosting, etc, etc, etc, así hasta terminar. ¿Y que pasó? Que a lo que Bea me dijo: "Que sea pequeño!!" a mi me sale bizcocho para un montón... a lo mejor en la foto no se aprecía mucho, pero era muy muy grande... Así que lo corte por la mitad, porque pensé: "Como le lleva a Bea esta super tarta me mata..."
Y así quedó. Monísima!! Y yo super contenta. Y por lo que ya me ha llegado por Facebook las chicas también. Y yo más contenta si cabe. Me han enviado una foto del corte, que claro, fue una sorpresa porque de eso no sabían nada y dicen que fue un éxito.
¡Muchas gracias!
P.D.: Los cupcakes salieron de la masa que me sobró...
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